En esta entrada, vamos a hablar de otro de los aspectos que los árbitros deben comentar antes del inicio del encuentro, para poder tener un mejor control sobre el mismo.
Después de hacer la charla pre-partido (sobre la que ya hablamos) en el vestuario, los árbitros se dirigen a la pista y se sitúan cuando quedan 20 minutos en frente de la mesa de anotadores. En ese momento, toca hablar de los equipos y de las experiencias que cada uno de los componentes del equipo arbitral tenga con ellos.
En estos momentos no se trata de explicar batallitas que ocurrieron hace tiempo, técnicas que pitamos, descalificantes, y otras anécdotas… Es momento de hablar sobre cómo juegan los equipos y quien son sus jugadores líderes, para así tener un mejor control del partido y saber a quién recurrir en situaciones tensas.
Por tanto, una extensión de la charla pre-partido, debe ser identificar a el o los jugadores líderes de ambos equipos.
La pregunta es, ¿qué es un jugador líder?
Muchos pensarán que el jugador líder de un equipo, es aquel que hace unos numerazos, que mete infinidad de puntos, o que coge muchos rebotes, o que no para de asistir a sus compañeros.
No, eso no es el jugador líder que los árbitros han de buscar antes del partido. Ese es el jugador bandera, el jugador importante, el jugador sobre el cual girará el juego del equipo (no es el líder pero también tendremos que tener presente que las situaciones complicadas durante el partido, seguramente, se darán sobre él).
También se ha de decir que algunas veces coincide el jugador líder con el jugador importante del equipo, pero no es una condición sin equannon.
Hablemos de quién es el líder.
Un jugador líder, es aquel que o bien por su forma de ser, o bien por su veteranía y experiencia, es capaz de dominar el equipo tanto estando dentro como fuera de la cancha. Es aquel que con una reacción (enfado, protesta, aceptación de una falta…etc.) condiciona la reacción de todo el equipo.
Este jugador, muchas veces es el más veterano, aunque no siempre debe ser así. Algunas veces, ese jugador es capaz hasta de mandar por encima del entrenador en ciertas situaciones, y el equipo le seguirá y mimetizará sus reacciones.
Por tanto, nuestra tarea primera, será identificar a este jugador, y intentar en la medida de lo posible, que nuestra relación con él sea clara y directa, pero sobretodo, sabiendo intentando generar en él reacciones positivas hacia la tarea arbitral.
Si conseguimos que este jugador tenga una aceptación hacia nuestras decisiones, automáticamente todo el equipo seguirá por esa senda, que al fin y al cabo es la que a nosotros nos interesa.
Ahora bien, deberemos pelear para que ese jugador líder, no entre en una dinámica negativa hacia nuestra tarea, ya que si eso ocurriera estaríamos seguro frente a un problema grave en el control del partido, ya que tratar con este modelo de jugador es un arma de doble filo, ya que puede hacerte sacar un partido complicado y caliente de forma fácil, o complicarte un partido que a priori parecía muy plácido.
Como ejemplos, podría poner muchos, pero algunos de ellos son Juan Carlos Navarro y Harper Williams.
Líderes de otros tiempos todos conocemos a Michael Jordan (líder en el equipo y líder para los árbitros).
Quien no recuerda una situación cuando Michael Jordan jugó para los Washington Wizards en la que el entrenador mandaba una jugada y Jordan le corregía para tirar él?
En esa situación, si la aportación la hace un jugador cualquiera (por bueno que sea) y no es un jugador considerado un líder por el vestuario, la aportación sería ninguneada y probablemente sancionada por el entrenador.
En este caso, el equipo acepta y Jordan se tira el balón en la última jugada.
Arbitrando Baloncesto - 23/07/2011