Acaba el verano, y el mundo del baloncesto vuelve a arrancar tras los meses de julio y agosto. Casi todos los equipos aprovechan estas semanas para preparar el inicio de la competición y empezar a encajar las nuevas piezas llegadas en el "mercado" (si se le puede llamar así en el marco del deporte formativo) de verano.
Los árbitros no somos menos, y durante el mes de agosto y setiembre aprovechamos para trabajar en la forma física (o deberíamos) y sobretodo trabajamos aquello que durante el año quizás dejamos más de lado (reglamento...vídeos...).
No descubriré nada si digo que el primer partido después de vacaciones todos las vemos cuadradas. Tanto jugadores, entrenadores y árbitros sufrimos de lo mismo. Con el paso del tiempo y la desconexión perdemos los automatismos que habíamos generado durante la temporada y es más posible no acertar en algunas acciones que seguramente al finalizar la temporada teníamos mucho más por la mano.
Y parte de esta preparación son los partidos amistosos. Y claro, no es fácil dirigir un partido amistoso en que hay una competencia real.
Hay dos tipos de partidos amistosos:
1- Partidos Sparring: En que un equipo de una o dos categorías inferior, es vapuleado sin compasión por el equipo de categoría superior.
En este tipo de partidos, el arbitraje es lo de menos. Un equipo trata de meter cuantas más canastas mejor, y el otro intenta no hacer el ridículo. Éstos partidos pocas veces se complican, ya que con estar atento a los contactos que se produzcan y echándole una mano al flojo, se sacan adelante.
2- Partidos "coco": Se trata de partidos entre equipos de la misma liga, posiblemente hasta de la misma zona de la tabla (recién ascendidos, descendidos, equipos de Play-Off...) y entre los que la competencia será elevada aunque estemos a inicios de temporada.
En el primer tipo de partidos, el arbitraje suele ser plácido, ya que el equipo inferior sabe que va a perder y por tanto no intentará alargar el partido, y el equipo que va a ganar solo necesita correr un poco para hundir al rival y jugar a placer. En estos partidos, la tarea arbitral es mucho más relajada, incluso destinada a echar una mano al equipo que tiene menos recursos técnicos en su poder, para que como mínimo la paliza no sea de aúpa.
El segundo tipo de partidos, son los más complicados. Habitualmente serán dirigidos por árbitros de la misma categoría (y que por tanto los equipos se van a encontrar durante la Liga Regular). Éste es el motivo que hace estos partidos tan interesantes.
El árbitro, puede optar por dos posturas frente a estos partidos:
- El arbitro amistoso: Que se tomará el partido como un evento intrascendente en que nada de lo que pase tendrá ninguna repercusión en el futuro.
- El árbitro cumplidor: Que se tomará el partido como si fuera un partido oficial, ya que la competencia es elevada.
En el primer caso, la táctica que usa suele consistir en pitar poco, aguantar las protestas como buenamente se pueda y marcharse a la ducha. Este método puede funcionar en algún caso, pero tiene un handicap importante a la hora de aplicarlo y de hacer entender a los jugadores que lo aplicado en ese partido no vale para nada.
Si en un amistoso arbitramos a dos equipos que acaban de subir de categoría con esta táctica, quizás les estemos abocando a una falsa imagen del criterio de la categoría. Si les permitimos todo, aguantamos las protestas y no sancionamos ni advertimos a nadie frente determinados tipos de comportamiento, seguramente, cuando llegue la primera jornada de liga, este equipo tendrá un concepto del criterio que siguen los árbitros de esa categoría totalmente erróneo y eso les llevará a pagar la novatada en la primera, segunda o tercera jornada.
En el segundo caso, nos encontramos con la figura del árbitro que toma todos los partidos como si fueran oficiales (salvando las distancias). Pero es importante destacar esta manera de tomarse los partidos.
Si nos tomamos el partido como si se tratara de un partido oficial, estaremos ayudando a los equipos a entender y asimilar el criterio que se seguirá en esa categoría durante la temporada que empezará en breves.
Quizás algunos piensen que en los amistosos es contra producente pitar una falta técnica o una falta antideportiva, ya que eso desmerece el partido.
La respuesta que yo daría a esos, es que un partido es un partido, una acción es una acción y se debe sancionar de la misma forma en un amistoso de pre-temporada que durante la liga regular.
Muchos se preguntaran el porqué de esta forma de arbitrar los partidos amistosos. Muy sencillo. Porqué los participantes en el juego (jugadores, entrenadores y público) aprenden en base de la teoría del ensayo-error.
En el primer partido prueban a los árbitros de la categoría. Protestan algunas acciones, cometen algunas faltas un tanto duras (ya que en pre-temporada los defensores no llegan a todas como deberían)... Y los árbitros sancionan las acciones aplicando el criterio de la categoría.
Si en ese primer partido los árbitros no permiten las quejas, sancionan correctamente los contactos y llevan el partido a un nivel de criterio de competición real, estos equipos, cuando lleguen al primer partido donde los árbitros se lo tomen "en serio", sabrán perfectamente hasta donde pueden tensar la cuerda con los árbitros de esa categoría, o con alguno de ellos en concreto.
Por otro lado, si los arbitrajes que han recibido en pre-temporada son arbitrajes permisivos, cometerán el error de pensar que el listón de la categoría está en un sitio erróneo, y probablemente eso les costará más de un disgusto en forma de 2 tiros más banda.
El motivo de defender el arbitraje de los amistosos como si se tratara de un partido de Liga Regular no es otro que el de ahorrarnos problemas y de ser capaces de mostrar a los participantes el nivel de exigencia o de permisividad que se tendrá con ellos y sus acciones durante la temporada en una determinada categoría.
Quizás una falta técnica en pretemporada, o una falta antideportiva, sirven a jugadores, entrenadores y público para entender y aplicar de forma correcta el reglamento cuando los partidos ya van en serio...que será a partir de la semana que viene.
07/09/2013 - Arbitrando Baloncesto
Los árbitros no somos menos, y durante el mes de agosto y setiembre aprovechamos para trabajar en la forma física (o deberíamos) y sobretodo trabajamos aquello que durante el año quizás dejamos más de lado (reglamento...vídeos...).
No descubriré nada si digo que el primer partido después de vacaciones todos las vemos cuadradas. Tanto jugadores, entrenadores y árbitros sufrimos de lo mismo. Con el paso del tiempo y la desconexión perdemos los automatismos que habíamos generado durante la temporada y es más posible no acertar en algunas acciones que seguramente al finalizar la temporada teníamos mucho más por la mano.
Y parte de esta preparación son los partidos amistosos. Y claro, no es fácil dirigir un partido amistoso en que hay una competencia real.
Hay dos tipos de partidos amistosos:
1- Partidos Sparring: En que un equipo de una o dos categorías inferior, es vapuleado sin compasión por el equipo de categoría superior.
En este tipo de partidos, el arbitraje es lo de menos. Un equipo trata de meter cuantas más canastas mejor, y el otro intenta no hacer el ridículo. Éstos partidos pocas veces se complican, ya que con estar atento a los contactos que se produzcan y echándole una mano al flojo, se sacan adelante.
2- Partidos "coco": Se trata de partidos entre equipos de la misma liga, posiblemente hasta de la misma zona de la tabla (recién ascendidos, descendidos, equipos de Play-Off...) y entre los que la competencia será elevada aunque estemos a inicios de temporada.
El segundo tipo de partidos, son los más complicados. Habitualmente serán dirigidos por árbitros de la misma categoría (y que por tanto los equipos se van a encontrar durante la Liga Regular). Éste es el motivo que hace estos partidos tan interesantes.
El árbitro, puede optar por dos posturas frente a estos partidos:
- El arbitro amistoso: Que se tomará el partido como un evento intrascendente en que nada de lo que pase tendrá ninguna repercusión en el futuro.
- El árbitro cumplidor: Que se tomará el partido como si fuera un partido oficial, ya que la competencia es elevada.
En el primer caso, la táctica que usa suele consistir en pitar poco, aguantar las protestas como buenamente se pueda y marcharse a la ducha. Este método puede funcionar en algún caso, pero tiene un handicap importante a la hora de aplicarlo y de hacer entender a los jugadores que lo aplicado en ese partido no vale para nada.
Si en un amistoso arbitramos a dos equipos que acaban de subir de categoría con esta táctica, quizás les estemos abocando a una falsa imagen del criterio de la categoría. Si les permitimos todo, aguantamos las protestas y no sancionamos ni advertimos a nadie frente determinados tipos de comportamiento, seguramente, cuando llegue la primera jornada de liga, este equipo tendrá un concepto del criterio que siguen los árbitros de esa categoría totalmente erróneo y eso les llevará a pagar la novatada en la primera, segunda o tercera jornada.
En el segundo caso, nos encontramos con la figura del árbitro que toma todos los partidos como si fueran oficiales (salvando las distancias). Pero es importante destacar esta manera de tomarse los partidos.
Si nos tomamos el partido como si se tratara de un partido oficial, estaremos ayudando a los equipos a entender y asimilar el criterio que se seguirá en esa categoría durante la temporada que empezará en breves.
Quizás algunos piensen que en los amistosos es contra producente pitar una falta técnica o una falta antideportiva, ya que eso desmerece el partido.
La respuesta que yo daría a esos, es que un partido es un partido, una acción es una acción y se debe sancionar de la misma forma en un amistoso de pre-temporada que durante la liga regular.
Muchos se preguntaran el porqué de esta forma de arbitrar los partidos amistosos. Muy sencillo. Porqué los participantes en el juego (jugadores, entrenadores y público) aprenden en base de la teoría del ensayo-error.
En el primer partido prueban a los árbitros de la categoría. Protestan algunas acciones, cometen algunas faltas un tanto duras (ya que en pre-temporada los defensores no llegan a todas como deberían)... Y los árbitros sancionan las acciones aplicando el criterio de la categoría.
Si en ese primer partido los árbitros no permiten las quejas, sancionan correctamente los contactos y llevan el partido a un nivel de criterio de competición real, estos equipos, cuando lleguen al primer partido donde los árbitros se lo tomen "en serio", sabrán perfectamente hasta donde pueden tensar la cuerda con los árbitros de esa categoría, o con alguno de ellos en concreto.
Por otro lado, si los arbitrajes que han recibido en pre-temporada son arbitrajes permisivos, cometerán el error de pensar que el listón de la categoría está en un sitio erróneo, y probablemente eso les costará más de un disgusto en forma de 2 tiros más banda.
Quizás una falta técnica en pretemporada, o una falta antideportiva, sirven a jugadores, entrenadores y público para entender y aplicar de forma correcta el reglamento cuando los partidos ya van en serio...que será a partir de la semana que viene.
07/09/2013 - Arbitrando Baloncesto