Arbitro baloncesto

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martes, 29 de marzo de 2011

El jugador y el EQUIPO

En todos los aspectos de la vida, cuando uno se dedica a algo, ha de intentar hacerlo con todas sus ganas, para sacar el máximo partido a su trabajo.

El baloncesto es un juego de EQUIPO. ¿Porqué remarco lo de equipo?...

Básicamente porque en algunos momentos, determinados jugadores, se olvidan que forman parte de un equipo y deciden hacer la guerra por su cuenta. O bien aclaparan todos los balones posibles para al día siguiente ser la sensación en los periódicos, o bien, como es el caso que comentaremos hoy, perjudican a su equipo por su propio egoísmo y por no saber controlarse en momentos críticos.


Me estoy refiriendo a la situación vivida por el DKV Joventut, en la jornada 14 de la ACB de esta temporada. Un partido que les enfrentaba al Unicaja de Málaga. Un partido que ya era decisivo para meterse en la copa del rey (cosa que al final consiguieron). Fue un partido con altibajos, donde los 2 equipos estuvieron por delante en el marcador con ventajas amplias y fueron sacudiéndose los parciales hasta llegar a la situación que veremos en el vídeo.

VÍDEO: ACB 2010 / 2011 - JORNADA 14 - DKV JOVENTUT - UNICAJA MÁLAGA:



A falta de 1:45 para finalizar el partido, el resultado es de 85-73 favorable al DKV Joventut. En ese momento Carl English comete una falta sobre un bloqueo del Unicaja. Comete su 5a falta y por tanto es expulsado.

No contento con dejar a su equipo sin su jugador referencia en ataque, protesta airadamente la decisión de los árbitros y se lleva una falta técnica (realmente no se la lleva él, es para Pepu, porque English está expulsado en el banquillo).

El resultado de esta acción, que se prolonga en no más de 15-20 segundos, es que Carlos Jiménez, anota los 4 tiros libres sin error, y del saque de medio campo, consiguen una canasta de 3 puntos. Por tanto, conceden un parcial de 0-7 sin que corra siquiera el cronometro.

Al final del vídeo, se ve como Pepu coje a English al final del partido, y le dice "que sea la ultima". Porque poner en peligro el trabajo de 38 minutos de un equipo y casi dar al traste con las opciones de entrar en la copa del rey, sólo por una pataleta más propia de un juvenil, es muy triste, sobretodo cuando hablamos de jugadores de élite.

La primera reflexión y la que estrena el blog es la siguiente:

- Hubiera sido muy difícil para Carl English pensar en el equipo, levantar la mano admitiendo la falta y marcharse al banquillo para que sus compañeros pudieran acabar el partido ganando holgadamente?

Personalmente creo que en los últimos tiempos, los jugadores se dejan llevar más por los ánimos caldeados, que por una acción reflexiva y consciente de lo que sucederá si reaccionan de una manera inapropiada.

Los árbitros, por norma general, si un jugador colabora en su tarea facilitandola y no creandole problemas para desempeñarla, ayudarán en todo lo que puedan a que el partido siga adelante sin ningún percance. 

Ahora bien, cuando encuentras algún jugador, que por su egoísmo se comporta de una manera poco correcta, demostrando que no le importa dilapidar el partido (y algunas veces la temporada) de su equipo, a nosotros como árbitros no nos ha de hacer sentir mal sancionar lo que está pasando (faltas técnicas, antideportivas o descalificantes), pensando que nos estamos "cargando" el partido.

Cuando lo único que hacemos es JUZGAR lo que está sucediendo en la pista.


30/03/2011 - ArbitrandoBaloncesto

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